viernes, 1 de abril de 2011

Mil cretins - Quim Monzó


     A algunas personas les gusta viajar en autobús. Dicen que así tienen tiempo para pensar. Yo por mi parte prefiero pensar desde la comodidad de mi cama pero allá cada cual. Aún así (en esa incomodidad desproporcionada) a veces se le presenta a uno la oportunidad de conocerse mejor (o introspectar, que dirían algunos modernos aburridos).
     Se suele decir que la realidad supera a la ficción, pero mucho me temo que lo que en ocasiones llamamos ficción no es otra cosa que la vida misma. Es el caso de los relatos de "Mil Cretins" que te caen encima como un cubo de agua y sorprenden por su credibilidad aberrante.  Admitámoslo: esas historias nos ocurren a todos nosotros y no como relatos breves extravagantes, sino como el pan (duro) de cada día. Somos testigos y a veces protagonistas de la miseria humana  a muchos niveles: la represión, el egoísmo, la estupidez, la testarudez, los prejuicios, las convenciones sociales, la soledad, la teatralidad familiar, las ironías de la vida, la vejez, la muerte... 
     Lo peculiar del asunto es darse cuenta de que todos contribuímos día a día con nuestro granito a de arena a esa miseria ajena con nuestra carga cretinicia (que en algunos casos es muy importante). Por eso, está en la mano de cretinos doctos como Quim Monzó servirnos la realidad en bandeja para la búsqueda del equilibrio. Y es que esta clase de relatos son esencialmente libros de autoayuda, pero planteados desde la óptica de los que batallan contra optimismo barato que nos acecha. No obstante ¡no nos asustemos! El libro no predica el apocalípsis de la sociedad y ni siquiera es pesimista si uno se esfuerza un poco. Es una visión satírica y resignada (aunque dura) de lo que nos rodea; como una de esas películas catastrofistas de Woody Allen con el jazz más ingenuo por Banda sonora.   
 
 'Tonto el que no lea'.   

2 comentarios:

  1. -¿Puedo entrar?
    -¿Tienes invitación?
    -No estoy seguro, soy el padre de Josu y no tengo intención de fastidiarle la introducción de "Mil cretinos" (Así lo leí yo, que no soy catalanoparlante), pero es que me molesta una entrada de Monzó sin empanadillas.
    -Pues pase usted y deje su empanadilla donde le venga en gana.
    -Vale, muchas gracias, pero antes me gustaría comentarle que la frase sobrepuesta a su perfil bien pudiera ser un verso de Pe.Cas.Cor.
    -Si quiere pase, pero deje de tocarme las narices.
    -¡Oiga, no se enfade, que bastante empanadilla traigo! ¡Eh, no se vaya! Solameente decir que aun no siendo el mejor de los libros de Monzó es un libro de uno de los grandes cuentistas de esta época (No le voy a leer todo lo que viene en las solapillas del libro, que estas si hacen justicia a lo que en ellas se dice sobre Qim.
    Son cuentos de autoayuda en el sentido que puede tenerlo toda buena literatura. Dice un personaje de "Los enamoramientos",la última novela de Javier Marías: "-Lo que pasó es lo de menos. Es una novela, y lo que ocurre en ellas da lo mismo y se olvida, una vez terminadas. Lo interesante son las posibilidades e ideas que nos inoculan y traen a tavés de sus casos imaginarios, se nos quedan con mayor nitidez que los sucesos reales y los tenemos más en cuenta...".
    -Oiga, que volveré cuando tenga más empanadillas, si no le molesta, claro.

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  2. No sólo puede usted entrar, Oráculo, sino que es más que bienvenido y con su presencia nos honra.

    A propósito del personaje de Javier Marías: cuenta Manuel Vicent en el blog de mi buen amigo Luis (http://baezandreu.wordpress.com/2011/04/11/el-lector-boca-arriba/) que precisamente el humo que queda en la memoria tras la lectura es la cultura misma.

    ¿Qué fue de su blog? (!!)

    Me encantaría incendiar próximas empanadillas suyas, aunque advierto que esto no es un blog de literatura, sinó cajón de sastre sin propósito alguno. Aún así, siéntase libre de volver todas las veces que quiera, ¡claro está!

    Nota mental: Me escribe el padre antes que el amigo. ¡Qué chico!

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